Las imágenes y los monumentos en sus contextos, hablan
- ofesanou
- 25 feb 2020
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Actualizado: 25 may 2020
Análisis del ensayo crítico de Ricardo Fernández Guarida, HACIA LA ARQUITECTURA PROPIA
Antes de interpretar cual fue la posición de Ricardo Fernández Guardia -narrador, dramaturgo, historiador costarricense-, frente a las primeras tentativas, en nuestro medio, de realizar una reflexión crítica al “revival” de la arquitectura colonial, hemos realizado un repaso sobre su trayectoria intelectual. Lo mismo hemos hecho con la de Teodorico Quirós -artista plástico y arquitecto costarricense- , objeto principal de la crítica positiva de don Ricardo, para ello no vamos a ubicar en el momento preciso de su carrera profesional.
Nos ubicamos entonces, en la primera mitad de la década de 1920 cuando don Ricardo estaba en su faceta de historiador; había publicado recientemente dos obras : El descubrimiento y conquista de Costa Rica y La miniatura (Alsina: San José, 1920). Crónicas coloniales (San José: Imprenta Trejos, 1921).
Nos dice el ensayista consultado: El comportamiento de Ricardo Fernández Guardia era ambivalente al igual que en su época anterior cuando incursionó en el localismo costumbrista:
“el recuerdo idealizado de los tiempos pasados (es decir, de aquel período histórico en el que estaban salvaguardados los seculares privilegios de la oligarquía terrateniente) se compensa, intencionadamente, con unas pinceladas irónicas que ponen un contrapunto de acidez a dicha rememoración nostálgica.”[i]
El debate, que propiciaban algunos miembros de las elites intelectuales latinoamericanas sobre la idea de hacer valer el referente cultural criollo y de las raíces hispanoamericanas, para definir una identidad regional, era incipiente en Costa Rica, no así en cuanto la literatura, cuyo debate sobre el tema de las fundamentos culturales hispanoamericanas, estuvo antecedido por el movimiento literario llamado “modernismo hispanoamericana” en torno a Rubén Darío, que abarcó de 1885 a 1915 aproximadamente. Con su carta dirigida a los arquitectos José Francisco Salazar y Teodorico Quirós, Ricardo Fernández Guardia, abría el debate local.
En su nota crítica sobre el diseño de la portada para la Basílica de Santo Domingo, de Heredia que realizaron José Francisco Salazar Quesada y Teodorico Quirós, Ricardo Fernández expresa que la nueva arquitectura relativa al espíritu de la época debería estar inspirada en nuestro pasado colonial y que para su gusto esta ha quedado muy bien representada en una obra de “estilo colonial hispanoamericano” en los planos para el diseño de la Basílica de Santo Domingo.
“ Ustedes con su buen juicio y no menos buen gusto, han elegido para su obra el estilo colonial hispanoamericano modernizándolo y aligerándolo con verdadero talento ” y agrega tuve placer de observar en México, donde indigentes y hábiles arquitectos, inspirándose en los modelos de la colonia, han logrado levantar edificios preciosos y muy originales. Algo de esto pude ver en Lima. Por ejemplo, el nuevo palacio arzobispal; fabricado con el estilo típico de la ciudad, y que tanta armonía guarda con la vetusta mole de la catedral situada a su lado”.[ii]
Fernández Guardia considera de mal gusto dos obras recientemente concluidas el Santuario de los Ángeles de Cartago. Diseñado por el arquitecto de origen catalán Luis Llach (en 1911, cuyo diseño emula la arquitectura bizantina) , y Palacio de la Paz, sede de la Corte Centroamericana de Justicia (hoy Casa Amarilla) construida en 1917 y diseñada por el arquitecto estadounidense Henry D. Whitfield ; cuya portada tiene claras referencias estilísticas del lenguaje neo hispánico. A la primera obra la considera un verdadero mamarracho y la segundo una servil copia. Rechaza la primera porque la considera de mal gusto y a la segundo por su falta de creatividad.
La posición crítica de Ricardo frente a las manifestaciones arquitectónicas del momento, ocurre, en un momento convulso en que se están gestando cambios estilísticos y técnicos: utilización del lenguaje académico (historicista, ecléctico) versus uno antiacadémico inspirado en modelos exóticos, o extraídos del repertorio de nuestra historia reciente como el estilo caribeño victoriano o del período “colonial”, asunto que nos compete en esta discusión. Debemos recordar que los movimiento literario y artístico y las confrontaciones sobre sus tendencias estilísticas, anteceden, normalmente a las arquitectónicas.[iii]
NO DEBEMOS DEJAR DE PASAR UNO DE LOS ELEMENTOS ESENCIALES DE SU CRITICA Y ESTA ES LA REFERENCIA A LA NECESIDAD DE QUE LA NUEVA ARQUITECTURA DEBE HACER REFERENCIA AL PASADO Y QUE SER ARMÓNICA CON EL CONTEXTO. LA PORTADA DE ESTILO “NEO HISPÁNICA” POR UN LADO HACIA REFERENCIA AL “COLONIZADOR” Y POR OTRO LLEGARÍA A SER UN PUNTO RADIAL Y DE INFLUENCIA EN EL CONTEXTO URBANO EN QUE SE INSERTABA.
El espacio urbano en donde se ubicaron el Palacio de Justicia y la Legación Mexicana, fue un punto de referencia y de inspiración para las obras que se construyeron en un barrio que se estaba generando en su entorno, el “Barrio Otoya” junto con el cambio de nombre que se le dio la antigua plaza de la Fábrica y que recientemente había sido trocado por el de la Plaza del Concordia /(1917)
“En octubre de 1920 se le dio el nombre de Parque España con el objetivo de rendir homenaje a la patria de Cervantes. Un quiosco morisco ¾decorado con azulejos de suaves colores y con figuras pintadas— donado por la Embajada de España, dialoga con la ventana en chaflán de la esquina noroeste de la antigua Fábrica de Licores y con la Casa Amarilla (antiguo Palacio de la Paz), de estilo neo hispánico. Con la construcción de este edificio se introdujo el lenguaje neohispánico en la capital, específicamente en su entorno urbano inmediato y en el barrio Otoya. Hermosos exponentes de este estilo son el edificio de la Embajada de México (1924) y el edificio de apartamentos Plaza España (hoy Apartamentos Jiménez, construido a principios de la década de 1940.”[iv]
Con respecto a la obra de la Basílica de Santo Domingo. La transformación fue motivada por la necesidad de realizar un cambio técnico, con la realización de una nueva portada al templo existente, construido en el siglo XIX la cual había sido derribada parcialmente por un terremoto (el de Orotina de 1924).[v]
El regreso de Quico Quirós al país era reciente. En 1920 regresó graduado de ingeniero arquitecto y estableció relaciones con José Francisco Salazar quien había cursado estudios en California y prácticas en New York. Y había retornado al país en 1915. En 1924 formó una empresa constructora “Sociedad de Ingenieros, Gutiérrez, Salazar , Quirós y Fernández” y contaba con un grupo de colaboradores y maestros de obras.[vi]
Teodorico Quirós había salido del país en 1916 para estudiar Ingeniería Arquitectónica en el Instituto Técnico de Massachusetts, en “donde conoció las corrientes más novedosas de diseño y pintura y se acercó más a las artes plásticas de vanguardia. Posiblemente el templo fue su primer encargo arquitectónico, dada su reciente relación profesional con José Francisco Salazar.
El encargo que ambos recibieron fue reconstruir la portada del templo. Se determinó realizar un diseño de orden neocolonial adosado al cuerpo existente, de lenguaje neoclásico, con el fin de hacer eco al contexto urbano de la ciudad Santo Domingo, pueblo cafetalero que había conservado el sistema de construcción colonial para sus casas (el uso del adobe).
El contraste entre la nueva portada del templo y su cuerpo sería notorio, no solo por el sistema constructivo sino por la oscuridad del interior del templo frente a la transparencia y claridad de la parte superior de las torres, de esbelta y livianas de paredes y coronada con numerosos pináculos de acero galvanizado. El lenguaje neocolonial, lo aporta también el frontón del cuerpo central de la fachada junto la terraza y balaustrada adyacente a este y que dio abrigo al atrio del templo.
En cuanto a determinad de quien fue la autoría del diseño, resulta difícil determinarlo. José Francisco Salazar estaba realizando el diseño la Delegación Mexicana, en las vecindades del Palacio de la Paz, sede de la Corte Centroamericana de Justicia. En la pinacoteca digital del Museo del Museo de Arte Costarricense hemos hallado un plano realizado por Teodorico Quirós -sin fecha-, de estilo neocolonial u con un lenguaje similar al aplicado en la Basílica de Santo Domingo.
De acuerdo a Floria Barrionuevo, María Enriqueta Guardia “El Repertorio Americano va a llegar a ser una de las más importantes revistas de América Latina a partir de 1919 cuando se empieza a publicar. Su importancia radica no solo en las ideas políticas y filosófica que contribuye a difundir; también en arte tienen una gran incidencia las ideas que se expresan en esta. En arquitectura el estilo neocolonial tendrá en la revista uno de sus mejores medios de difusión.” [vii]
Es aquí cuando el debate nacional irrumpe en nuestro medio y tendrá repercusión nacional en las próximas dos décadas, cuando se convierte en lenguaje representativo de La Nación -con los encargos de la Casa Presidencial y el Aeropuerto Internacional diseñados por José María Barrantes- .[viii]
De acuerdo a los expuesto por Barrionuevo y Guardia, la mejor pintura de paisaje en la obra de Teodorico Quirós artista- y la obra pictórica referente a los templos, se sitúa a partir de 1939 y hasta 1965. La referente Ujarrás la realiza en la década de 1950, cuando el ICT lo contrata para hacer un proyecto.
“Los temas son variados. Teodorico ama el paisaje costarricense; no importa la zona ni la altura: paisajes urbanos, iglesias, paisajes rurales del Valle Central, su casa de Santo Domingo de Heredia, Puntarenas. Tal parece que su hábito de peregrino, tras motivos para su obra, se acentúa: busca y halla en da rincón del paisaje, y crea una vasta obra.” [ix].
Flora Barrionuevo y María Antonieta Guardia señalan “Quirós llegó a definir el paisaje la pintura del paisaje nacional como aquella en la que se representaba, la casa campesina, la montaña y la vegetación; los tres elementos según su criterio, eran esenciales para que el paisaje fuera costarricense.” No obstante se han detectado algunas pinturas en la que se encuentra el paisaje tal como lo realizó Fausto Pacheco.[x]
Sobre las iglesias, las de lenguaje colonial, la de San Josecito la ubica en el contexto “La visión de la iglesia sola, aislada dentro del pequeño pueblo”. Cuando pinta San Sebastián y la iglesia de Heredia - parroquia de origen colonial- Quirós enfoca su mirada en templo mismo o en el juego de sus volúmenes, prácticamente captura su masividad.
La temática extranjera se vincula a los numeroso viajes que Teodorico Quirós realizó como estudiante o profesional. Entre los viajes realizados Barrionuevo y Guardia mencionan: “En los años 1952 y 1953 viaja a Europa y a Estados Unidos de América, nuevamente trae en su equipaje telas pintadas en aquellos sitios. En 1953 expone en Roma, y pasa a ser miembro de la Academia de San Giorgio.”*[xi]
La representación de las iglesias mexicanas de origen colonial difiere de la representación de las de su terruño, en este caso la perspectiva incluye el paisaje urbano. Sobre la Catedral de México, nos dicen Floria Barrionuevo y María Enriqueta Guardia esta es “una perspectiva desde el ángulo de la Catedral que pretende recoger no solo la construcción en toda su amplitud , sino también el espacio circundante de la gran ciudad, la capital de México.”[xii]
A nosotros nos llama también la atención la iluminación y representación de la transparencia de sus torres sobre fondo del cielo mexicana.
En el lienzo el “Mercado de México” las referencias al mercado y su actividad de intercambio están presentas pero inmersas en el paisaje urbano, en donde sobre sale el “juego de volúmenes de tres templo representativos del barroco mexicano. Esta visión de mundo donde se integra en una sola imagen el paisaje vivido nos invita a realizar una referencia sobre la percepción del paisaje en mundo indígena americano: no se hace diferencia entre el espacio material y su contexto natural, todo esta integrado. Las colectividades indígenas dieron uso libre a los espacios públicos sin diferenciar si este era un espacio sagrado o no -desde la perspectiva del colonizador-.
Para concluir nos interesa invitar a los colegas a revisar las tesis de Ramón Gutiérrez sobre la necesidad de revalorizar el Barroco Latinoamericano cuando afirma que es imposible explicar una obra prescindiendo de su contexto después de realizar su estudio y manifiesto sobre la síntesis cultural potenciada por el barroco del arte americano colonial. “Asumiendo un programa conceptual, en el cual fluyen las ideologías europeas de la contrarreforma y las sensibilidades del mundo indígena se genera un conjunto de respuestas que no tienen parangón en la metrópoli.[xiii]
ANEXO
Transcripción de la Carta de Ricardo Fernández Guardia
San José, 21 de abril de 1925
Señores Arquitectos don J. F. Salazar y don Teodorico Quirós.
Muy estimados señores:
Vengo a felicitarles calurosamente por los planos que ustedes han levantado para la construcción de la nueva Basílica de Santo Domingo. Son, a mi juicio un verdadero acierto, y hago votos porque al ejecutarlos no les echen a perder con modificaciones, como es tan a menudo el caso en este país donde todos pretendemos saberlo todo, especialmente en materia de arquitectura. Este es el motivo de que no sólo la capital sino el país entero esté plagado de adefesios arquitectónicos, hijos del empirismo y del mal gusto. Me limitaré a citar el Santuario de los Ángeles de Cartago, verdadero mamarracho.
Ustedes con su buen juicio y no menos buen gusto, han elegido para su obra el estilo colonial hispanoamericano modernizándolo y aligerándolo con verdadero talento. Esto mismo tuve placer de observar en México, donde indigentes y hábiles arquitectos, inspirándose en los modelos de la colonia, han logrado levantar edificios preciosos y muy originales. Algo de esto pude ver en Lima. Por ejemplo, el nuevo palacio arzobispal;fabricado con el estilo típico de la ciudad, y que tanta armonía guarda con la vetusta mole de la catedral situada a su lado.
La América Española tiene la suerte envidiable de poseer una arquitectura propia, característica , una arquitectura nacional y debemos esforzarnos en conservarla; no copiándola servilmente como en el caso de la llamada Casa Amarilla, sino inspirándonos en ella rejuveneciéndola, a la necesidades en sus excelentes planos de la Basílica de Santo Domingo.
Con un aplauso muy sincero de ustedes afectísimo amigo.
R. Fernández Guardia.
Fuente : Nota (25 ) de Carlos Altezor en ARQUITECTURA URBANA EN COSTA RICA : exploración histórica 1900-1950. Editorial tecnológica de Costad Rica. Págs.146-147. R. Fernández Guarida, Hacia la arquitectura propia, Repertorio Americano 10 (9): 137, 1925.
Ver album fotográfico http://website-6.ofeliasanou.com/
NOTAS
[i] Para referirnos brevemente a la trayectoria y baibenes intelectuales de Ricardo Fernadez Guardia nos hemos basado en un ensayo corto y preciso, que a nuesto parecer es de gran calidad por estar basado en el pensamiento de reconocidos críticos de la literatura de nuestro medio y de más allá (Víctor Hugo Fernández, Gastón Gainza y Alvaro Quesada).Una vez ubicado en la procedencia de su medio familiar se realiza un análisis la evolución de su producción literaria, publicaciones y posición crítica en consonancia con los movimientos estéticos y circulos literarios y artísticos de los sitios donde radicó. Esta revisión parte de su tesis menos o más radicales a las ambibalente, en un rango de tiempo que va de de mediados de la ultima década de siglo XIX a la decada de 1920. http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=fernandez-guardia-ricardo [ii] Fuente : Nota (25 ) de Carlos Altezor en ARQUITECTURA URBANA EN COSTA RICA : exploración histórica 1900-1950. Editorial tecnológica de Costad Rica. P.146-147. R. Fernández Guarida, Hacia la arquitectura propia, Repertorio Americano 10 (9): 137, 1925. [iii] La revisión de los sistemas de construcción a finales del siglo XIX y principios del XX respuesta a os terremotos de 1888 y 1910 y los incendios provocados por la proliferación de construcciones de madera especialmente en el puerto del Caribe. El gobierno incrementó la revisión técnica iniciada por este y por la iglesia después del sismos de 1888. Se revisaron los materiales sistemas de construcción vigentes en el país, el adobe el calicanto y la mampostería de ladrillo- y se dictó una nueva normativa de construcción, se realizaron nuevas concesiones para permitir la libre importación de materiales y se contrato compañía extranjera para el levantamiento de los edificios públicos. [iv] Ofelia Sanou, elt. alt. Guía de Arquitectura y Paisaje Costa Rica. Junta de Andalucía, Colegio de Arquitectos, 2010. [v] Monografía EcoRed Teodorico Quirós. Aparentemente realizado en 2014, Fuente: Sinabi UCR y otros artículos de revistas y periódicos.
https://www.ecured.cu/Teodorico_Quir%C3%B3s_Alvarado?fbclid=IwAR3i1dmzygS7mM1BIQIHL_lt4IdPu_ht8pyOZ8uzgT5YgU4msukVlpVqY8M [vi]Altezor. Óp. Cit. [vii] Floria Barrinuevo y María Enriqueta Guardia. Teodorico Quiros, editorial Universidad de Costa Rica, Pimer Edición1998. P. 47 a 50. [viii] La construcción del Palacio de la Paz, sede de la Corte Centroamericana de Justicia (hoy Casa Amarilla) diseñado por el arquitecto estadounidense Henry D. Whitfield en 1917 y del proyecto para la fachada la Basílica de Santo Domingo y diseñadas por los costarricenses Francisco Salazar y Teodorico Quirós en 1924 contribuyeron a introducir el debate la identidad hispanoamericana en nuestro medio local. Estas dos obras arquitectónicas junto con la Legación Mexicana diseñada por Francisco Salazar en 1924- son obras pioneras representativas del período denominado “de la reacción o restauración nacionalistas Latinoamericano” dos de ellas fueron ubicados en medio del espacio urbano de la capital costarricense y la otra en la ciudad cafetalera Santo Domingo de Heredia. Para ampliar en el tema recomendamos consultar: “La arquitectura de raíz hispanoamericana “ en Carlos Altezor. ARQUITECTURA URBANA EN COSTA RICA : exploración histórica 1900-1950. Editorial tecnológica de Costad Rica 1986. P. 86-97. Florence Christmas. THE ROMANCE OF BALBOA PARK. San Diego historical Society, 1985. Enrique X. De Anda Alanís. LA ARQUITECTURA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA. Instituto de Investigaciones Estéticas . Universidad Nacional Autónoma de México 1990. [ix] Barrionuevo, Guardia. Óp. Cit. P. 77. [x] Barrionuevo, Guardia. Óp. Cit. P.106. [xi] Barrionuevo, Guardia. Óp. Cit. Ps. 73, 112. [xii] Barrionuevo, Guardia. Óp. Cit. Ps. 114-115. [xiii] Ramón Gutiérrez “ Aproximación del barroco Hispanoamericano en Sur América en : BARROCO IBEROAMERICANO: de los Andes a las Pampas a cargo de Ramón Gutiérrez. Editorial Lunwerg, 1977. P. 9.
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